Para los católicos del mundo este día —Domingo de Ramos— es el primero de la Semana Santa, periodo en el que se conmemoran la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Se rememora la entrada de Jesús en Jerusalén, pero hay que tener en cuenta que cada año varía, aunque la conmemoración siempre se realiza en el entorno de los meses de marzo y abril.
En muchas partes, especialmente en Sevilla, España, las procesiones de Semana Santa son de interés turístico y en el Quindío desde hace muchos años, la procesión del sábado santo, ha sido la expresión más sentida entre los actos de la iglesia diocesana durante estos días santos. El dolor de María como madre de Jesús y ante el sacrificio de su hijo, congrega en la fe a miles y miles de ciudadanos de Armenia. Los municipios quindianos replican la procesión y ella se lleva a cabo al caer la tarde del sábado santo con especial y reconocida solemnidad.
Madrid, la capital de España, hace de esta celebración uno de los eventos más tradicionales y rancios en la sociedad madrileña. En Zaragoza el pueblo acompaña con devoción a la real e ilustre congregación de la santa virgen de La Soledad. Ella en Madrid es una de las imágenes más bellas de la iglesia, como en Armenia, la santa que cuida, viste y tutela para esta celebración tradicional Jhon Jaramillo Ramírez, es la señora virgen que por la transmitida creencia social y familiar llevan los cargueros en su recorrido tradicional desde la iglesia catedral de la Inmaculada, pasando por dos de las más reconocidas vías urbanas en la historia de la ciudad —la Calle de Encima y la Calle Real en otras épocas—. Los cargueros lo han hecho de generación en generación y aunque hoy no se espere con el mismo entusiasmo de ayer, en todo caso se mantiene
la presencia activa de miles de familias que al igual que los cargueros, han hecho presencia de generación en generación.
la presencia activa de miles de familias que al igual que los cargueros, han hecho presencia de generación en generación.
La Sociedad de Mejoras Públicas de Armenia ha llamado de nuevo a las entidades pertenecientes a la institución para que participen en la procesión de La Soledad del sábado 23 de abril. La alcaldesa de la ciudad Ana María Arango Álvarez, hará presencia con su gabinete, del mismo modo que estarán encabezando la procesión las autoridades civiles y militares de la ciudad y el departamento, organizaciones solidarias y las ONG que laboran al servicio de diversas comunidades urbanas. Más de medio siglo lleva cumpliéndose la procesión de La Soledad bajo la conducción católica de la parroquia catedral de la Inmaculada Concepción, como conmemoración del más doloroso y sentido momento de María y de quienes la siguen en la fe.
Hoy cuando comienza la Semana Mayor las autoridades medioambientales de la región y particularmente de Armenia y el Quindío esperan que ninguno de los participantes se presente a la procesión con hojas o cogollos de la palma de cera. Se trata de proteger este bien natural de la tierra, de cuidar al más esbelto y bello símbolo de Colombia. Desde el Congreso Botánico Latinoamericano que se reunió en Bogotá en 1952, los científicos organizadores del certamen escogieron la palma de cera como símbolo de la Patria colombiana y a partir de 1985 el decreto ley 061 expedido durante el gobierno del presidente Belisario Betancourt, nuestra palma de cera es el árbol nacional de Colombia. Hay que protegerlo y defenderlo.
Nos lo pide la diócesis de Armenia, la Corporación Autónoma Regional del Quindío, nos lo exigen con autoridad y de acuerdo con la ley los alcaldes de los municipios de la región y lo recordamos aquí como ciudadanos de la tierra quindiana. La palma de cera ceroxylon quindioense es un patrimonio del Quindío digno de nuestra protección. Otras plantas silvestres podrán significar lo que la iglesia recuerda a la entrada de Jesús en Jerusalén.
Les invitamos también a la reflexión frente a nuestros deberes cívicos, sociales y políticos. Este año electoral, tan importante como votar, será saber por quien hacerlo. Hay que reflexionar partiendo de los valores morales que deben volver a imponerse en la sociedad quindiana, como única fórmula de solución a los problemas que agobian a la ciudad y el departamento.