En el Quindío como en todo el país los ladrones de cuello blanco están al acecho, esperando a ver qué cae a las arcas públicas para dar el golpe. Si el departamento llega a tener regalías hay que sujetar con amarras las cajas en las que vayan a guardarse.
Al país le queda mucho por hacer antes de la derrota a la corrupción y al Quindío por el que rondan agazapados sujetos que tienen pactos perversos con el mal, hay que salvarlo de esos siniestros personajes. Se tiene que construir con anticipación el dispositivo que le frene el paso a los malhechores, porque de no ser así, nos van a ver en el futuro como a esas regiones con más regalías en Colombia, que son precisamente las que más problemas enfrentan por necesidades insatisfechas de su población.
Nunca la región había soportado una mayor crisis de todos los valores, como en esta época de zozobra y desesperanza moral, ética y política. ¿Recuerdan el robo a Caldas? Los quindianos hemos padecido iniquidades por obra y gracia de la injerencia que a la vida pública del departamento han venido haciendo inicuos y perversos exponentes de los delitos públicos. Los desafueros éticos y morales en el sector público del Quindío comenzaron cuando dirigentes de los partidos clientelistas se dieron a la tarea de exigir coimas o comisiones a sus patrocinados en la clientela burocrática de la administración pública, entiéndase en el departamento y sus municipios. El pago que se empezó a hacer a los dueños de los puestos públicos se convirtió en obligación, costumbre o norma imprescindible, del mismo modo que a esta misma categoría se elevaron los porcentajes por concepto de contratos públicos. La construcción de una calle, la pavimentación de vías, la reparación de un edificio público, recuperar escuelas, abrir un camino, todo lleva ahora porcentaje; así está funcionando el Estado, entre ese ambiente mal oliente de corrupción en que estamos. Los deshonestos funcionarios públicos y sus aliados, los políticos perversos andan por zonas virulentas y por supuesto, no utilizan para sus fechorías a personas diamantinas. Ellos saben quienes tienen que ser siempre sus aliados y por eso es también muy común en esta época, cuando las mesas directivas de los partidos hablan de candidaturas a las alcaldías y a las gobernaciones, oír decir que fulano es bueno o buena candidata porque esos sí, le cumplen a los políticos. ¡Qué vulgaridad! Hay que tener cuidado con esa gente, por ahí por esos lados en por donde se mueven los ladrones, esos por los que pregunta en su canción desde hace tanto tiempo la cantante colombiana Shakira: “¿Dónde están los ladrones? Por ahí andan sueltos en la campaña. Mirando a ver dónde deja la gallina el huevo. Manoseando los procesos electorales acompañados de los más deshonestos. Armando con tiempo las trampas para los futuros peculados. Por ahí están organizándose para armar sibilinamente sus cohechos. Todavía no tenemos regalías pero ya están pensando en el potrero al que van a llevar a engordar sus fortunas. Afortunadamente a esa maldita cadena de felicidad, de trampas y deshonestidades, la justicia en la región le ha empezado a poner coto. Ya hay muestras palpables de la forma como la administración de justicia está utilizando herramientas para bajar el asombroso telón de fondo.
No hace mucho nuestros colegas del Diario del Otún en la ciudad de Pereira condenaron en nota editorial la forma irresponsable como el alcalde de esa capital se gastó 200 millones de pesos en fiesta organizada para la celebración de sus cumpleaños. Hasta allá hemos llegado en la región. El carácter y la honradez de la raza vienen siendo mancillados por los ridículos actores de una política baja y ruin que no corresponde a los anhelos de la sociedad en ninguno de sus estratos, pues a decir verdad hasta los más humildes, vulnerables o proclives al engaño, están reaccionando contra toda esta clase de corruptos que no se cansan de robar y que tienen profundamente desvanecidas las arcas oficiales. Ojo pues, que en el Quindío como en todo el país, los ladrones están al acecho.