Chupar dedo es la forma en la que un bebé busca placer por sí mismo.
“Esta manía no es más que el reflejo de los niños que no se sienten queridos. Esa es la razón por la que también suele combinarse con movimientos repetitivos, como tocarse la oreja o enrollarse el pelo en el dedo, que son placenteros al tacto”, explicó el psicólogo clínico Jorge Mario Jiménez Parra.
Más que el hábito mismo lo delicado del problema está en la situación que esconde. “Si por ejemplo, el pequeño va a tener un hermanito, es posible que se empiece a sentir inseguro y temeroso porque cree que va a perder el afecto de sus padres, y regresa a actuar como un bebé recién nacido, adoptando la rutina de chuparse el dedo”, aseguró el especialista.
Sin embargo, esta costumbre no tiene por qué ser mirada siempre negativamente. El problema es que se vuelva crónica.
“En algunos casos es un hábito compulsivo, o sea que el niño no puede parar de hacerlo: deja de comer por chuparse el dedo, con el fin de calmar la ansiedad. En otros es de carácter excesivo, actividad al que le dedican muchas horas al día lo que es igualmente patológico”, aseveró Jiménez Parra.
¿Cómo afecta la salud?
En ocasiones las madres refuerzan erróneamente la costumbre de llevarse el dedo a la boca, cuando lo hacen para que dejen de llorar, y en efecto, la fatiga que esta succión permanentemente le produce, hace que se quede dormido generando en los chicos varias enfermedades.
Consecuencias
-Dentadura: De tanto chupar es muy común que el maxilar superior empiece a crecer hacia delante y que el inferior no crezca lo suficiente, haciendo que los dientes de la arcada de arriba se salgan y los de abajo se inclinen hacia adentro, además, el paladar puede tornarse profundo y estrecho.
-Musculares: Se pierde el equilibrio neuromuscular, pues afecta todos el músculo perioral de apertura y cierre, alterando el mecanismo de deglución de los alimentos.
-Columna: Pueden generarse compresiones vertebrales que disminuyen la irrigación sanguínea, generando dolores de cabeza y de oído.
“El hábito desarrolla problemas gastrointestinales debido a que son pacientes que degluten los alimentos enteros y sus manos están sucias al llevarlas a la boca. Asimismo tienden a respirar por la boca manifestándose en encías inflamadas, boca seca y caries. La dimensión del daño de este problema depende de la fuerza con se haga, la dirección, la frecuencia y la duración”, concluyó el psicólogo clínico.
Los niños tienden a sufrir de falta de atención y bajo rendimiento académico.
Tratamiento psicológico
Analizar el contexto personal y familiar para detectar qué está pasando en el núcleo familiar que pueda llevar a que el pequeño adopte el hábito.
Es clave determinar si el chico es sobreprotegido por sus familiares para enseñarles a solucionar sus frustraciones, así como orientar a los padres para dar más amor y cuidado a los hijos que carecen de afecto.
Recomendaciones
-No hacer de cada cosa una tragedia.
-Recordar que el hábito de chupar dedo es apenas un síntoma de que algo anda mal.
-Explicar al niño el daño que ocasiona realizar esta práctica.
-Buscar ayuda profesional.
Por: Yaqueline Hurtado Domínguez