Se denomina enfermedad profesional a una que es adquirida en el puesto de trabajo por cuenta ajena y que la enfermedad esté tipificada como tal por la ley.
“El cuadro de enfermedades profesionales recoge, tanto a estas, como a las actividades que pueden causarlas. Todas aquellas enfermedades contraídas por consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena, que no estén contempladas en aquel, serán calificadas como accidentes de trabajo”, explicó la abogada Diana Guzmán Rey.
Para calificar una enfermedad profesional como tal, no basta con su especificación en el cuadro de enfermedades profesionales, sino que es necesario que se haya contraído realizando una de las actividades concretas recogidas en él, así como que haya sido causada por un específico agente, material de riesgo, con el cual estuviera el trabajador en contacto en su lugar de trabajo se ha de dar por tanto una interrelación entre estos elementos para que se pueda hablar de enfermedad profesional.
Dentro de las enfermedades está la neumoconiosis, la alveolitis alérgica, la lumbalgia, el síndrome del túnel carpiano, la exposición profesional a gérmenes patógenos y diversos tipos de cáncer.
Se establecen seis grupos distintos de enfermedades con las relaciones de las principales actividades capaces de producirlas, así como los agentes materiales de riesgo que las provocan.
Tipos
“Determinados sectores laborales están más expuestos a sufrir accidentes laborales por implicar sus profesiones la presencia de riegos importantes. Estos son los casos de los trabajadores como los de la construcción, los que emplean máquinas de alta peligrosidad o los mineros, sobre todo en las minas cerradas. Además de la probabilidad de accidentes, el riesgo de contraer determinadas enfermedades también depende de la profesión. Algunas implican el contacto con sustancias tóxicas o cancerígenas que pueden dar lugar a la aparición de ciertas enfermedades”, aseguró la abogada.
Profesiones como las sanitarias tienen más riesgos de contraer infecciones y otras caracterizadas por tener que estar en posturas forzadas o realizar siempre los mismos movimientos que pueden dar lugar a la aparición de determinadas lesiones.
“Tras muchos años de tener un listado sin actualizar y a pesar de cambios que se han presentado en nuevas áreas de trabajo, nuevas enfermedades y patologías, el gobierno expidió el nuevo listado de enfermedades de origen profesional, o sea que son por ocasión de la actividad laboral desempeñada. En estos casos, cuando se determina que una incapacidad es por una enfermedad laboral, la llamada a responder económicamente por las ayudas necesarias como las incapacidades será la ARP, de ahí la importancia que todo empleador tenga a todos sus trabajadores afiliados a una administradora de riesgos profesionales”, concluyó Guzmán Rey
Posturales
En los empleos actuales la mayor parte del trabajo se realiza de forma sedentaria, sentado en una silla y con un ordenador.
El mantenimiento prolongado de estas posturas y la incorrecta posición que se adopta en muchas ocasiones puede provocar la aparición de diversos trastornos.
Muchas contracturas, lumbalgias o problemas de cervicales tienen su origen en la rigidez y mala postura que se mantiene en el trabajo a lo largo de la jornada laboral.
Neumoconiosis
Son aquellas enfermedades pulmonares que se producen a consecuencia de la inhalación de polvo de forma continuada, generalmente por motivos profesionales. El polvo inhalado se acumula progresivamente en los pulmones produciendo lesiones.
Existen distintos tipos dependiendo de la sustancia inhalada. La silicosis es la enfermedad que se produce por la inhalación del sílice. Otra es la causada por la inhalación del polvo del carbón.
La característica de estas enfermedades es que dañan los tejidos pulmonares y reducen la capacidad de los mismos. Entre los síntomas suelen estar la tos y las dificultades respiratorias que con llevan a bronquitis y neumonías crónicas.
Pérdida de audición
Muchos trabajos implican la exposición continuada a ruidos con más decibelios de los recomendados. Esto ocurre por ejemplo a las personas que deben por ejemplo manejar maquinaria ruidosa. Esta situación prolongada puede dar lugar a diversas lesiones en el tímpano que derivan en la pérdida de audición progresiva.
Lesiones de huesos
Las lumbalgias, tendinitis o hernias discales figuran entre las enfermedades más habituales que sufren los trabajadores. Pueden deberse a la realización de esfuerzos físicos como levantar pesos o al verse obligado a estar en malas posturas durante tiempo prolongado.
El sentarse mal en el escritorio puede provocar dolores de espalda o molestias cervicales. Ejercitar continuamente los brazos y tenerlos en posición elevada como en el caso de los pintores también puede provocar la aparición de contracturas y otras lesiones.
Epicondilitis
Se conoce también con el nombre de codo de tenista. Se produce por realizar demasiado ejercicio con el antebrazo. Además de los deportistas como tenistas, afecta a profesiones como carpinteros, albañiles o ebanistas.
Se trata de lesiones musculares que se manifiestan con dolor en el codo. El tratamiento más habitual consiste en una rehabilitación y terapia aunque en algunos casos se hace necesaria la intervención quirúrgica.
Afecciones
-Las producidas por agentes químicos (plomo, mercurio, cadmio, manganeso, cromo, níquel, berilio, etc).
-De la piel causadas por sustancias y agentes no comprendidos en alguno de los apartados anteriores (cáncer cutáneo, afecciones cutáneos).
-Las provocadas por la inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en alguno de los apartados anteriores (neumoconiosis, afecciones broncopulmonares, asma, etc).
-Las infecciosas parasitarias (helmintiasis, paludismo, etc).
-Las producidas por agentes físicos (por radiaciones ionizantes, por energía radiante, hipoacusia, etc).
-Las sistemáticas o sistémicas (distrofia, carcinoma, angiosarcoma, cáncer).
Por: Yaqueline Hurtado Domínguez
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