En la relación de pareja es fundamental respetar los espacios sociales de cada uno, con el objetivo de afianzar la confianza
Tener una relación sana es una de las cosas más difíciles de lograr y desgraciadamente poco se enseña al respecto.
Se sigue creyendo que con el amor es suficiente, pero no es cierto, también se necesita preparación, aprender y esforzarse para construir las relaciones.
Se sigue creyendo que con el amor es suficiente, pero no es cierto, también se necesita preparación, aprender y esforzarse para construir las relaciones.
Amorosas
Las relaciones de pareja suelen comenzar como historias maravillosas en las que todo parece ser color de rosa, pero con el tiempo, la rutina y las pequeñas dificultades diarias pueden deteriorar esa unión si no se maneja adecuadamente.
Los expertos en relaciones interpersonales de todo tipo recomiendan construir sobre la base de unos principios relaciones más sólidas y armónicas.
Principios
Comunicación: Aunque se haya oído mil veces, no deja de ser cierto, es imposible que una pareja funcione o ambos miembros se sientan felices con la relación, si no existe una buena comunicación entre ellos. Pero comunicarse no se refiere a hablar mucho, sino a poder expresarle a la pareja los sentimientos, inquietudes y proyectos y así obtener un ‘feedback’ de su parte. Si existe una buena comunicación es fácil resolver los problemas que van surgiendo.
Escuchar: Es tan importante como ser capaces de hablar y comunicarse. Si se habla sin parar pero cuando la pareja quiere contar algo suyo enseguida se cambia de tema, se está fallando en un punto muy importante, y no se trata de mantenerse callado y oír lo que el otro dice, sino de escucharle y tratar de entenderle.
Ser comprensivos: Antes de juzgar una situación, por muy grave o absurda que parezca, es importante intentar ponerse en su lugar, tratar de averiguar qué siente, cómo piensa, por qué se ha comportado así, nadie tiene nunca la razón absoluta y siempre hay muchas versiones para la misma historia.
Tolerancia: Se debe ser tolerante con la pareja siempre que su comportamiento o actitud sea honesta o no haga daño física o emocionalmente. Este es uno de los puntos más difíciles de llevar a cabo, ya que normalmente, aunque se quiere para uno, cuesta mucho darle libertad a la persona amada. Cada miembro de la pareja tiene derecho a sus momentos de independencia e intimidad, a desarrollar sus proyectos, aficiones o ilusiones sin sentirse coartado por el otro.
Tener vida social: Aunque al principio sólo les apetezca estar juntos y solos, es fundamental que tengan vida social. Pero no sólo de forma individual, sino como pareja. Esto significa que tengan amistades comunes con las que puedan hacer planes, esto también puede hacerse extensivo a la familia.
Salir y divertirse juntos les hará sentirse bien y le dará una pizca de emoción a la vida de pareja. La vida social también se refiere, por supuesto, a la que además tenga cada uno por su cuenta.
Es importante que ambos puedan seguir disfrutando de sus propios amigos, por supuesto, de una forma honesta y sana. Para ello es fundamental tener confianza en la otra persona.
Confianza: Una relación sin confianza mutua no va a ninguna parte. No una confianza ciega, sino racional. Si no se tiene motivos reales o probados para desconfiar de la pareja es mejor no entablar una disputa, esto puede alejar a la persona.
La falta de confianza enrarece las relaciones y hace difícil la convivencia.