El sonambulismo en los niños es un desorden del sueño que comienza en la infancia y desaparece mientras el niño crece aunque en algunos casos, persiste en la edad adulta.
“La naturaleza del sonambulismo es leve y moderado, es muy difícil que el niño que sufra de sonambulismo muestre un carácter agresivo mientras experimenta este tipo de trastorno. Normalmente mantienen una capacidad del sueño ajetreada por ello no es nada raro que durante la noche manifiesten lo que han visto, oído, sentido durante el día en forma de sonambulismo”, explicó el médico Andrés Lozano Mora.
El comportamiento de los niños que sufren este trastorno suele ser sosegado y tranquilo, llegando a sentarse en la cama con la mirada firme en un punto, pueden llegar a caminar e incluso coger cosas y llevárselas de nuevo a la cama o cambiarlas de sitio, son capaces de moverse con soltura sin tropezar como si estuvieran completamente despiertos.
“El origen biológico del sonambulismo se desconoce actualmente pero se sospecha una cierta inmadurez del sistema nervioso central, no se asocia en ningún momento a algún problema psicológico u emocional”, aseguró el especialista.
Una de las dudas más comunes en todas las madres es la manera de tratar al niño si sufre de sonambulismo y lo encuentra caminando por la casa o sentado en la cama con los ojos abiertos.
“Lo más indicado y adecuado es conducir al niño cuidadosamente a su cama sin despertarlo, intentando hacerle el camino de regreso a su cama más placentero y tranquilo por si el niño se despierta y pueda llegar a sentirse desorientado. No existe tratamiento para el sonambulismo ya que se considera un trastorno inofensivo y nada perjudicial, ya que lo único que hace es manifestar sus propios sueños de manera distinta a otras personas”, aseveró Lozano Mora.
Los sonámbulos pueden realizar actividades automáticas estando dormidos como por ejemplo, limpiar, abrir puertas y ventanas, comer, o ir al baño. El 19% de la población mundial sufre sonambulismo, pero las causas no están bien definidas. Es más frecuente que se presente entre los siete y doce años y preferentemente en los varones, puede estar asociado al cansancio y a la falta de sueño.
“En los adultos puede vincularse con algún trastorno mental y también puede producirse como una reacción colateral debido al consumo de drogas o alcohol. La predisposición genética está bien establecida y también pueden provocarlo otras patologías del dormir como ronquidos, apneas. Es importante controlar algunos hábitos para evitarlo, como no tomar líquidos antes de acostarse, no tomar alcohol en exceso, ni depresores del sistema nervioso central”, concluyó el psicólogo.
Hay algunas patologías que se pueden confundir con el sonambulismo como por ejemplo, la epilepsia, las crisis parciales complejas durante el dormir, con automatismos ambulatorios, el despertar confusional, el comer y beber nocturno, el trastorno de comportamiento del sueño REM o MOR (movimientos oculares rápidos). El mayor peligro es que el sonámbulo se lesione, por eso es importante prevenir cualquier situación de riesgo.
El tratamiento de esta afección generalmente no incluye medicación. Se aconseja dormir en forma regular, evitar el estrés y que el paciente adquiera el hábito de respetar los horarios para acostarse y levantarse.
Si en algún caso persistiera y llega a convertirse en una situación difícil, se debe acudir a un especialista para ayudar a controlar la etapa por la que el niño está viviendo.
El sonambulismo parece estar asociado a otros trastornos del sueño como los terrores nocturnos y también se ha encontrado que niños pequeños con enuresis son más propensos al sonambulismo en la adolescencia, por último, el estrés puede aumentar la aparición de episodios.
Causas
-Problemas de desarrollo que desaparecerán con el crecimiento.
-Desórdenes ligados al sistema neurológico de alerta.
-Genéticas, varios niños presentan el trastorno al igual que algunos de sus familiares más cercanos.
-Psicológica, es muy poco probable en el caso de los niños.
Síntomas
-Si el niño muesta una fiebre alta.
-Se reprimen los patrones regulares del sueño.
-Si el niño manifiesta ansiedad o fatigado.
Por: Yaqueline Hurtado Domínguez