Una mujer sola, independiente, activa, que está en sus cuarenta disfruta su cuerpo y cada vez que se mira al espejo le gusta lo que ve. Sabe que su feminidad está en su máximo apogeo.
Sobre todo para un hombre más joven, los prejuicios sociales forman parte del entorno inmediato. Sin embargo, cada vez más mujeres se atreven a darse el permiso de compartir su experiencia vital con un hombre más joven que ella.
Puede que en algunos casos aislados el joven vea a su madre en este tipo de féminas, pero por lo general este hombre está buscando una mujer con experiencia, sin complicaciones y con los pies sobre la tierra, que comparta con él su mundo y disfrute los momentos que pasan juntos.
Las mujeres a partir de los 35 años empiezan a estar en la plenitud de la sexualidad. Una mujer en esta edad se conoce más a sí misma, ya sabe qué cosas le gustan y qué no, tiene una mayor sensibilidad integral de su cuerpo, de sus emociones y tiene más claro qué es lo que desea en la vida.
Por otro lado, los muchachos alrededor de sus veinte y treinta años están en su apogeo sexual. En términos fisiológicos, los veinteañeros tienen erecciones más firmes, ya superaron los primeros años de eyaculaciones precoces y empiezan a tener un poco más de control de su genitalidad.
En el aspecto emocional, las mujeres mayores no necesitan de un caballero que las haga felices; ellas se las arreglan, a los chicos, por su parte, en general les resulta atractivo esta serenidad que estas mujeres experimentan a esta edad.
En muchos casos, las mujeres maduras comparten su plenitud con alguien, pero no necesariamente esperan a otra persona para su realización personal.
Cómo conquistar a una mujer mayor
En la mayoría de los casos ellas buscan una relación más ligera y fresca. Los hombres adultos vienen con un montón de experiencias, con mochilas al hombro que les pesan, tienen más fobias, muchos no quieren compromisos ni saber nada de relaciones sólidas y serias.
En cambio, los hombres jóvenes no tienen esta carga emocional y hay una mayor libertad para relacionarse. Ellos les dan a ellas plenitud y potencia sexual y ellas se las dan a ellos sin ataduras, sin dependencias.
En estas relaciones no siempre hay deberes ni necesidad de promesas, aunque por supuesto la relación puede tomar un camino de mayor compromiso. Cuando están juntos disfrutan y cuando no están juntos ella tiene su vida; pues por lo general una mujer a los 40 años tiene construida una seguridad en sí misma que puede compartir.
Estas relaciones pueden perdurar pero esto dependerá mucho de las expectativas y necesidades de cada uno. Por ejemplo, hay mujeres que a los cuarenta y tantos años no quieren formar una familia porque ya la tienen, si el muchacho deseara tener hijos; lo más seguro es que esta pareja no pueda sostenerse, pero hay mujeres maduras que todavía no han tenido hijos y se encuentran con un hombre joven y ambos tienen la oportunidad de establecer una familia.
La durabilidad en estas parejas va a depender únicamente de si los proyectos de vida son compatibles pero también puede ser que ambos simplemente deseen estar juntos, disfrutar el momento presente. Si las cosas se sostienen, bienvenidas. Si no, cada uno sigue su camino.
Hay una enorme presión social e impedimentos que este tipo de parejas deben sobrepasar, en general quienes se atreven a mantener este tipo de relaciones son mujeres fuertes.
Cuando la diferencia de edad es dramática, es difícil que se mantenga quizá por las expectativas de vida, pero hay una gran cantidad de estas relaciones en donde ambos están buscando lo mismo y la sociedad y el qué dirán realmente pasan a un segundo plano.
¿Cómo es el sexo?
La buena relación sexual depende menos de la edad que de otros elementos, como la compenetración con la misma pareja, el disfrute de los dos, la sutileza para captar los deseos del otro, la desinhibición, la experiencia, la dulzura, las palabras y la elaboración del clima.
Ciertamente la disfunción eréctil o la sequedad vaginal se da más en personas maduras que en jóvenes, pero hay remedios que ayudan a superar estos problemas,
Si la pareja comparte comunicación, confianza, respeto y sentimientos, el sexo funciona a cualquier edad.
El amor y el sexo no se excluyen ni compiten. El miembro más joven aporta energía, ternura, amor y pasión y el maduro experiencia, una de las combinaciones perfectas para ser feliz.
Sobre todo para un hombre más joven, los prejuicios sociales forman parte del entorno inmediato. Sin embargo, cada vez más mujeres se atreven a darse el permiso de compartir su experiencia vital con un hombre más joven que ella.
Puede que en algunos casos aislados el joven vea a su madre en este tipo de féminas, pero por lo general este hombre está buscando una mujer con experiencia, sin complicaciones y con los pies sobre la tierra, que comparta con él su mundo y disfrute los momentos que pasan juntos.
Las mujeres a partir de los 35 años empiezan a estar en la plenitud de la sexualidad. Una mujer en esta edad se conoce más a sí misma, ya sabe qué cosas le gustan y qué no, tiene una mayor sensibilidad integral de su cuerpo, de sus emociones y tiene más claro qué es lo que desea en la vida.
Por otro lado, los muchachos alrededor de sus veinte y treinta años están en su apogeo sexual. En términos fisiológicos, los veinteañeros tienen erecciones más firmes, ya superaron los primeros años de eyaculaciones precoces y empiezan a tener un poco más de control de su genitalidad.
En el aspecto emocional, las mujeres mayores no necesitan de un caballero que las haga felices; ellas se las arreglan, a los chicos, por su parte, en general les resulta atractivo esta serenidad que estas mujeres experimentan a esta edad.
En muchos casos, las mujeres maduras comparten su plenitud con alguien, pero no necesariamente esperan a otra persona para su realización personal.
Cómo conquistar a una mujer mayor
En la mayoría de los casos ellas buscan una relación más ligera y fresca. Los hombres adultos vienen con un montón de experiencias, con mochilas al hombro que les pesan, tienen más fobias, muchos no quieren compromisos ni saber nada de relaciones sólidas y serias.
En cambio, los hombres jóvenes no tienen esta carga emocional y hay una mayor libertad para relacionarse. Ellos les dan a ellas plenitud y potencia sexual y ellas se las dan a ellos sin ataduras, sin dependencias.
En estas relaciones no siempre hay deberes ni necesidad de promesas, aunque por supuesto la relación puede tomar un camino de mayor compromiso. Cuando están juntos disfrutan y cuando no están juntos ella tiene su vida; pues por lo general una mujer a los 40 años tiene construida una seguridad en sí misma que puede compartir.
Estas relaciones pueden perdurar pero esto dependerá mucho de las expectativas y necesidades de cada uno. Por ejemplo, hay mujeres que a los cuarenta y tantos años no quieren formar una familia porque ya la tienen, si el muchacho deseara tener hijos; lo más seguro es que esta pareja no pueda sostenerse, pero hay mujeres maduras que todavía no han tenido hijos y se encuentran con un hombre joven y ambos tienen la oportunidad de establecer una familia.
La durabilidad en estas parejas va a depender únicamente de si los proyectos de vida son compatibles pero también puede ser que ambos simplemente deseen estar juntos, disfrutar el momento presente. Si las cosas se sostienen, bienvenidas. Si no, cada uno sigue su camino.
Hay una enorme presión social e impedimentos que este tipo de parejas deben sobrepasar, en general quienes se atreven a mantener este tipo de relaciones son mujeres fuertes.
Cuando la diferencia de edad es dramática, es difícil que se mantenga quizá por las expectativas de vida, pero hay una gran cantidad de estas relaciones en donde ambos están buscando lo mismo y la sociedad y el qué dirán realmente pasan a un segundo plano.
¿Cómo es el sexo?
La buena relación sexual depende menos de la edad que de otros elementos, como la compenetración con la misma pareja, el disfrute de los dos, la sutileza para captar los deseos del otro, la desinhibición, la experiencia, la dulzura, las palabras y la elaboración del clima.
Ciertamente la disfunción eréctil o la sequedad vaginal se da más en personas maduras que en jóvenes, pero hay remedios que ayudan a superar estos problemas,
Si la pareja comparte comunicación, confianza, respeto y sentimientos, el sexo funciona a cualquier edad.
El amor y el sexo no se excluyen ni compiten. El miembro más joven aporta energía, ternura, amor y pasión y el maduro experiencia, una de las combinaciones perfectas para ser feliz.
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